TRASTORNO GENERALIZADO DEL DESARROLLO

                                            





Desde el nacimiento y durante las diferentes etapas de la vida de un niño, éste experimenta diferentes cambios tanto a nivel físico (corporal) como mental y social, y va adquiriendo una serie de habilidades y destrezas siguiendo un cierto orden (unas habilidades dependen de otras adquiridas previamente). A este proceso de cambio y adquisición de habilidades se le denomina desarrollo evolutivo.
Aunque cada niño adquiere estas habilidades a un ritmo diferente, a cada etapa evolutiva le corresponden una serie de conductas y destrezas propias que los niños de esas edades deberían poseer. Estas conductas pueden dividirse en cinco áreas principales:
   - Personal/Social, referente a la capacidad del niño para relacionarse con los demás, expresar emociones y   conocerse a sí mismo.
   - Adaptativa, corresponde a las habilidades del niño para valerse por sí mismo y realizar tareas en relación a la atención, comida, vestido y aseo.
    - Motora, capacidad del niño para usar y controlar los músculos de su cuerpo.
   - Comunicación, tanto entender lo que se le dice y cómo se le dice, como pensar y expresarse de manera que se haga entender.
   - Cognitiva, la cual se refiere a aquellas habilidades a nivel mental que el niño utiliza para atender, entender, aprender, resolver problemas, etc.

El desarrollo evolutivo del niño dependerá, por un lado, de los factores genéticos, que determinan las características físicas, orgánicas y el temperamento, y por otro, del ambiente en el cual el niño crezca.  Éste último es muy importante, ya que las circunstancias en las que el niño se desarrolle (el tipo de familia, la educación, el colegio, los amigos, el país y situación cultural en el que nazca...) serán decisivas en muchas ocasiones para el aprendizaje de las diferentes habilidades y destrezas propias de cada etapa de su vida.

Algunos niños que no alcanzan el nivel esperado para su edad en las diferentes áreas, ya sea en algunas o en general, presentan problemas en su desarrollo evolutivo que les impiden ir al mismo ritmo que el resto de niños en su misma etapa evolutiva.




Descripción

Los niños con Trastorno Generalizado del Desarrollo presentan un retraso en la adquisición de las conductas esperables para su edad cronológica, sin embargo, esto no quiere decir que su capacidad mental sea inferior. Se caracterizan por mostrar:

- Carencias en la relación con los demás (interacción social)
- Carencias en la comunicación e imaginación
- Conductas o intereses limitados y repetitivos

Prevalencia

El Trastorno Generalizado del Desarrollo surge normalmente antes de los 3 años de edad y afecta aproximadamente a 7 niños de cada 10.000, en mayor medida a varones que a mujeres.

Origen

Las causas de los Trastornos Generalizados del Desarrollo son variadas, se distinguen:

- Factores genéticos y neurobiológicos: derivados de la herencia.
- Infecciones víricas: durante los tres primeros meses de embarazo, infecciones como la rubéola, la toxoplasmosis, la sífilis, la varicela, etc.
- Complicaciones durante el parto: como la hipoxia (falta de oxígeno), isquemia (disminución del riego sanguíneo), la hemorragia intracraneal, etc.
- Otras causas: bajo peso al nacer, prematuridad, etc.

Características

  1. Son muy sensibles a los cambios de rutinas, prefieren organizar su vida de forma predecible. 

  2. No controlan adecuadamente sus emociones, por lo que muchas veces se comportan de manera más inmadura de lo esperable para su edad.

  3. Necesitan más tiempo para hacer tareas que pueden resultar sencillas, porque a ellos les pueden resultar difíciles.

  4. Su comunicación con los demás es muy pobre, tanto a nivel verbal como gestual (hablan poco o no contestan, no miran a los ojos, no obedecen órdenes sencillas, etc.) y suelen mostrar poco interés en jugar con otros niños o relacionarse con los demás.

  5. Su atención es muy dispersa o muy selectiva, fijándose en detalles de los objetos más que en los objetos mismos.

  6. El lenguaje está bastante afectado, pueden no hablar en absoluto, hablar muy poco o decir frases repetitivas sin sentido aparente (ecolalias) sin adecuar el volumen, tono, ritmo y entonación del habla.

  7. En ocasiones realizan movimientos estereotipados (aletear las manos, estar agitados, andar de puntillas, balancearse), los cuales no tienen una funcionalidad clara.

  8. Pueden ser poco sensibles a peligros reales o dolores que puedan sentir, sin embargo, muchas veces se muestran hipersensibles a ruidos insignificantes, texturas, colores u objetos.

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