PSICOEDUCACIÓN TRASTORNO DELIRANTE (Parte 2)
¿Qué es el Trastorno Delirante?
Se trata de un trastorno psicótico caracterizado por la intromisión por ideas delirantes, presentando ausencia de cualquier otra psicopatología. La persona con dicho trastorno no presenta los criterios de una esquizofrenia o no tiene alucinaciones visuales, auditivas u olfativas.
Siguiendo con el artículo anterior, este trastorno es crónico, aunque se pueden producir oscilaciones en la intensidad de las creencias delirantes. La edad de inicio es variable, pudiendo oscilar entre la adolescencia y la edad avanzada. En raras ocasiones, el trastorno puede remitir en unos meses, sin que haya de nuevo recaídas.
PRONÓSTICO
Como factores indicadores de buen pronóstico podemos señalar: un buen ajuste ocupacional y social, sexo femenino, inicio antes de los 30 años, aparición aguda de la enfermedad, breve duración del episodio y presencia de factores precipitantes o estresores psicosociales.
ETIOLOGÍA
Se ha asociado una gran cantidad de factores causales :
- Factores activadores: suceso vital estresante y traumático, emociones fuertes (crítica familiar, hostilidad, y/o intromisión).
- Componentes biológicos: tendencia heredada (genes múltiples) a desarrollar la enfermedad.
- Complicaciones prenatales al nacer: infección viral durante el embarazo, lesión al nacer que afecta las células cerebrales, química cerebral (elevados niveles de dopamina y serotonina), estructura cerebral (ventrículos alargados).
- Componentes sociales: situaciones ambientales (medio familiar temprano) pueden activar la aparición, influyendo la cultura en la interpretación de las alucinaciones y delirios.
- Componentes conductuales positivos: manifestaciones activas de conducta anormal (delirios, alucinaciones, habla desorganizada, movimientos corporales irregulares, catatonía). Componentes conductuales negativos: afecto plano (falta de expresión emocional), abulia (ausencia de iniciativa, apatía) y alogía (ausencia relativa en cantidad y contenido de habla).
- Influencias emocionales y cognoscitivas: estilos de interacción marcados por una fuerte crítica, hostilidad y participación emocional excesiva pueden activar la reincidencia.
- Características de personalidad: individuos que presentan un acusado narcisismo y que se han visto expuestos a serias frustraciones, hallándose consecuentemente dotados de una baja autoestima.
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