Mi experiencia en el III Congreso Internacional de psicología clínica con niños y adolescentes



El grupo de investigación Aitana, de la Universidad Miguel Hernández, organiza cada año un congreso de psicología infantil referente para todos los profesionales que trabajamos en este ámbito. Este año nos reunimos en Sevilla.

Como cado año, son cientos los estudiantes y profesionales de psicología que nos reunimos en torno a un objetivo común: ponernos al día y compartir nuestras experiencias en torno a la psicología actual.

Este año el congreso ha tenido, como siempre, ponentes de renombre internacional, como Alan Kazdin, Jane Barlow o Phillip Kendall.
Tampoco han faltado grandes psicólogos españoles, como Pilar del Barrio, Carmen Maganto o Xavier Méndez, entre otros.

Especial mención a los organizadores del congreso, los profesores Miraia Orgilés y Jose Pedro Espada por el esfuerzo puesto en lograr un congreso en España de piscología infantil que se ha convertido en referente a nivel internacional.


¿Qué temas se han abordado?

El programa del congreso era variado y muy completo. Se abordaron los Trastornos del Espectro Autista, Ansiedad en la infancia, bullying y ciberbulliyng, trastornos de la conducta alimentaria… y un largo etcétera.


Mi aportación al congreso


Presenté una comunicación oral sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo en la infancia. Se trató de un caso clínico, de los muchos que veo en consulta. En un caso clínico o caso único, el psicólogo comparte con sus compañeros su experiencia de evaluación e intervención en un caso concreto. 

¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo?

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una de las enfermedades psicológicas relativamente frecuente en adultos, pero sin embargo, este trastorno no es tan sonado durante la infancia, por lo que la investigación acerca del TOC Infantil es bastante escasa. Esto se debe a que cuando son pequeños, los niños no comprenden lo que les está ocurriendo y no saben ponerle nombre; los adolescentes, por otra parte, lo que no quieren es ser tratados de “raros” por sus iguales, por lo que pueden ocultar la sintomatología. 

La característica primordial de este trastorno es la presencia de obsesiones y compulsiones recurrentes. Estas obsesiones serían ciertas ideas que llegan de forma intrusiva a la mente y que aparecerían de forma repetitiva y egodistónica, es decir, la persona las percibe como desagradables, absurdas y creadas por su mente, pero sin embargo son involuntarias y no puede evitar que aparezcan. Estos pensamientos suelen producir un elevado grado de ansiedad. Para disminuir esta ansiedad aparecerían los rituales y las compulsiones; conductas repetitivas, intencionales y estereotipadas. A la persona que padece el TOC le es de suma importancia tanto lo que hace durante esta compulsión, como el número de veces que siente necesario repetir esta acción hasta que se calma la ansiedad. Es por ello, que una vez se duda sobre si el número de repeticiones ha sido el adecuado, lo repiten desde el principio hasta que quedan seguros, pudiendo convertir así, la “solución” a su problema, en un problema en sí mismo. 


Estas compulsiones o rituales son contraproducentes, porque solo reducen la ansiedad temporalmente, requieren mucho tiempo (ocupan más de una hora diaria) y pueden volverse tan intensos que con el tiempo lleguen a causar mucho malestar en la vida del paciente.


Las diferencias entre la población infantil y la adulta, no son exacerbadas. Aunque los niños no sepan darle nombre a lo que les está ocurriendo, conforme van avanzando en la adolescencia van alumbrando cada vez más sus pensamientos. En términos generales, durante la niñez y comienzos de la adolescencia, las obsesiones más frecuentes son las relacionadas con la contaminación (sienten profundo malestar cuando tocan determinados objetos o personas, seguido de la imperiosa necesidad por lavarse hasta que se cree que está “limpio”) y las dudas obsesivas (piensan que una de sus acciones puede haber producido daño a otro y preguntan continuamente a algún familiar, hasta que se convencen de que no ha ocurrido lo que temen). 

El tratamiento de los niños y adolescentes con TOC va a depender, como en todas las enfermedades, de las características individuales de cada paciente. Generalmente los más utilizados suelen ser la Psi coeducación, Terapia Cognitivo-Conductual y Psicofármacos.




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