Ansiedad infantil como causa y efecto del fracaso escolar
La tasa de fracaso escolar en españa alcanza el 25% del
alumnado. Es una cifra más que preocupante.
Muchos de los niños que acuden a nuestra consulta con
fracaso escolar, además de algún trastorno del aprendizaje no diagnosticado, o
un déficit de atención (TDHA) presentan altos grados de ansiedad.
La ansiedad es una respuesta de miedo intenso ante una
situación estresante o temida, que desencadena una serie de respuetas
fisiológicas y cognitivas en el organismo con el fin de afrontar ese preligro o
huir de él.
Un cierto grado de ansiedad, ante, por ejemplo, la
proximidad de un examen, es algo positivo, ya que nos moviliza hacia la acción:
hace que estudiemos con más ahínco para ese examen que tememos suspender.
Sin embargo, cuando la ansiedad es excesiva, o se presenta
ante situaciones cotidianas, ya no cumple su función adaptativa y se vuelve
contra nosotros.
Los niños que acumulan suspensos suelen tener una baja
autoestima, poca motivación hacia el estudio y en muchas ocasiones presentan
asiedad anticipatoria. Algunos se ponen tan nerviosos ante la proximidad de un
examen que somatizan la ansiedad, llegando a presentar molestias
gastrointestinales, diarreas y dolor de cabeza, entre otros.
Otro problema de la ansiedad ante el examen, es que se
"bloquean" cuando llega el momento de hacer el examen. Se "quedan
en blanco", y aunque las mamás y los papás refieren a menudo que en casa
se lo sabían, cuando llega la hora del examen el niño está tan estresado que no
puede responder adecuadamente.
Todo ello provoca un profundo malestar en el niño. A menudo tenemos la imagen de que los niños
que presentan fracaso escolar pasan de todo, no se esfuerzan lo suficiente, les
da igual etc. etc.
Sin embargo nada más lejos de la realidad. Cuando entran en
consulta a menudo estos niños me dicen cosas como : " mi problema es que
soy tonto", " soy burro". " da igual lo que haga, siempre
suspendo"....
Suelen presentar un profundo malestar, lloran, hablan
despectivamente de sí mismos, tienen sentimientos de incapacidad y se sienten
desdichados.
Pocos son los niños a los que les de igual suspender. La
realidad es que tenemos un sistema educativo que ayuda poco a los niños que
presentan cualquier dificultad, por pequeña que sea.
Por eso es muy importante que los padres, ante el fracaso
escolar de sus hijos, busquen ayuda y asesoramiento para poder ayudarles de la
manera más adecuada, con el fin de que, además de aprobar, se sientan mejor
consigo mismos.
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