El trastorno de pánico con agorafobia

¿Qué es el trastorno de angustia con agorafobia?

La característica principal del trastorno de angustia, es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso en ausencia de peligro real, que se acompaña de una serie de síntomas físicos y mentales. La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez ( a los 10 minutos o menos), acompañándose a menudo de una sensación de peligro o muerte inminente y de una necesidad de escapar. Algunos de los síntomas que se presentan son: palpitaciones, sudoración, falta de aliento, opresión o malestar torácico, inestabilidad o mareo, miedo a perder el control, miedo a morir, escalofríos....

Las crisis son repetidas (al menos dos) e inesperadas. No son explicadas por el consumo de sustancias, una enfermedad u otros trastornos mentales y van seguidas de la aparición, durante un periodo mínimo de un mes, de preocupaciones persistentes por la posibilidad de padecer nuevas crisis de angustia y por sus posibles implicaciones o consecuencias, y/o un cambio significativo en el comportamiento debido a estas crisis.

La creencia de que están sufriendo una enfermedad grave puede llevar a los niños/adolescentes afectados a pedir a sus padres que los lleven al médico, con una frecuencia superior a la normal y a faltar a la escuela, los entrenamientos, las reuniones con los amigos por miedo a presentar crisis de angustia, sentirse desmotivados, avergonzados e infelices por las dificultades que experimentan.

La frecuencia y gravedad de las crisis de angustia varían ampliamente, por ejemplo, algunos individuos las presentan con una periodicidad moderada (p.ej. ,dos veces por semana), pero regular desde unos meses antes hasta el momento actual. Otros describen breves periodos de crisis mas frecuentes (p.ej.,cada día una durante una semana),separadas por semanas o meses sin padecer una sola crisis de angustia, o bien presentándolas con una frecuencia considerablemente menor (p.ej.,dos cada mes)durante un periodo de varios años.

La agorafobia es el miedo a estar en lugares o situaciones de los cuales pueda ser difícil o embarazoso escapar o en los cuales pueda no disponerse de ayuda en el caso de tener un ataque de pánico o síntomas parecidos a los del pánico, (mareo, despersonalización, desrealización, vómito, pérdida del control de esfínteres, molestias cardiacas...) a causa de este miedo , la persona evita las situaciones temidas, las soporta con gran ansiedad o necesita ser acompañada. En los casos severos, pueden pasar la mayor parte de su tiempo en casa o el compañía de algún familiar.

Ejemplos de situaciones temidas y evitadas en la agorafobia son:  transportes públicos, cines y teatros, supermercados, grandes almacenes, restaurantes, museos, estadios, lugares altos, lugares cerrados (por ejemplo túneles, ascensores), espacios abiertos (campos, calles anchas), conducir o viajar en coche, hacer colas, alejarse de casa y quedarse sin compañía en casa. Junto a esas situaciones típicas pueden evitarse otras por las sensaciones temidas que producen: baños calientes, saunas, clases de gimnasia, ambientes calientes y cargados, atracciones movidas de feria , discusiones...

No siempre las situaciones se evitan, sino que en ocasiones se enfrentan con ansiedad o mediante conductas defensivas:tales como ir acompañado por una persona de confianza, llevar encima medicación o símbolos religiosos, distraerse mirando escaparates, llevar un teléfono móvil encima, localizar hospitales cercanos y emplear distracción mental.

Los síntomas mas frecuentes en adultos y adolescentes, son palpitaciones, mareos, dificultad para respirar, sudoración y temblores. El miedo a volverse loco o a perder el control y la despersonalización son mucho mas frecuentes en los adultos.

Criterios para el diagnóstico del trastorno de angustia con agorafobia

DSM-IV-TR
A. Se cumplen 1 y 2
1.     Crisis de angustia inesperadas y repetidas
2.     Al menos una de la crisis se ha seguido durante al menos un mes de uno o mas de los siguientes síntomas:
(a) Inquietud persistente ante la posibilidad de tener más crisis.
(b) Preocupación por las implicaciones de la crisis o sus consecuencias (p.ej.,perder el control, sufrir un infarto de miocardio, “volverse loco”)
(c)Cambio significativo del comportamiento relacionado con la crisis.

B. Presencia de agorafobia.
C. Las crisis de angustia no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej., drogas, fármacos) o una enfermedad médica (p.ej., hipertiroidismo)

D. Las crisis de angustia no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, como por ejemplo la fobia social (p.ej.,aparecen al exponerse a situaciones sociales temidas), fobia específica (p.ej., el exponerse a situaciones fóbicas específicas), trastornos obsesivo-compulsivos....

ETIOLOGÍA


La evidencia investigadora demuestra que cuando un individuo está biológicamente predispuesto encuentra estímulos estresantes ambientales agudos y prolongados. Hay variables que pueden ser las responsables del inicio y el mantenimiento del trastorno de angustia.


Predisposición genética. Los parientes de primer grado, es decir los padres e hijos, tienen entre 4 a 7 veces más probabilidades de presentar este trastorno. Si la edad de inicio de este trastorno es anterior a los 20 años, se ha observado que los familiares de primer grado presentan hasta 20 veces mas probabilidades de padecer un trastorno de angustia.

Características de personalidad. Los niños con trastorno de angustia son significativamente mas neuróticos, menos extrovertidos y mas ansiosos que aquellos que no tienen este trastorno.

Características cognitivas. Tienen dificultad para controlar la presencia de cogniciones negativas, irracionales y catastróficas tienen un peso importante en el desarrollo y mantenimiento de los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes. Los niños con este trastorno prestan mas atención a los estímulos amenazantes.

Acontecimientos ambientales. Los acontecimientos estresantes de la vida y las respuestas y dinámicas parentales y familiares pueden servir como estímulos desencadenantes de crisis de angustia: educación demasiado rígida o demasiado flexible, muerte o enfermedad grave de algún familiar o un amigo, separación de las figuras de apego, abuso....

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