¿Por qué mi hijo no quiere ir al colegio?

Algunas veces las negativas a ir al colegio de nuestros hijos dejan de ser un episodio aislado para convertirse en una lucha diaria. Los padres advertimos entonces que nuestro hijo siente verdadero pavor ante la idea de ir a clase, e inventa toda clase de excusas para que le dejemos en casa.
Puede que llore, patalee, entre en cólera o monte una rabieta. También es frecuente que  nos diga que se encuentra  mal o está enfermo. En ocasiones “fingen” estarlo, y en otras somatizan la ansiedad y realmente se ponen enfermos.
Esta situación, cuando se convierte en algo llamativo y frecuente que interfiere en la vida cotidiana del niño, suele ser un claro indicador de que algo no anda bien.
Tras la negativa a ir al colegio suele estar alguno de estos tres problemas: que nuestro hijo sufra ansiedad por separación, que tenga fobia escolar o que esté sufriendo bullying.
Puede haber otros factores, pero estos son sin duda los más serios y los que más repercusiones negativas van a tener en el niño.
La ansiedad por separación es un miedo desproporcionado a separarse de los padres. Es normal durante la primera infancia, pero se convierte en algo desadaptativo cuando se prolonga en el tiempo e interfiere en las actividades diarias del niño. En estos casos el niño no quiere ir al colegio por temor a estar separado de sus padres.
En la fobia escolar, sin embargo, el niño no quiere ir al colegio no porque no quiera estar alejado de sus progenitores, sino porque siente miedo ante la idea de estar en el colegio. Esta fobia suele desencadenarse a raíz de algún suceso que ha resultado muy desagradable para el niño y que ha hecho que éste sienta rechazo hacia el colegio. Puede que se trate de miedo al fracaso escolar, a las burlas de los compañeros, vergüenza por algún motivo, temores o inseguridad en las relaciones interpersonales.
Por último, el bullying es una situación de acoso por parte de algún compañero que sufre el menor, y que se puede materializar en forma de insultos, vejaciones, burlas e incluso violencia física. Estos abusos suponen una forma de maltrato psicológico y/o físico que pueden ser el motivo tras el que se esconde la negativa del niño a acudir al colegio.
Los niños viven estas experiencias como algo muy negativo y evitan a toda costa ir a clase, lo que repercute negativamente en su rendimiento académico, en sus relaciones personales y en su autoestima y autoconcepto, además de generarles ansiedad y estrés.
Por todo ello, ante la sospecha de que tras las negativas reiteradas de nuestros hijos a ir al colegio se esconde algún problema, es recomendable acudir a un psicólogo para averiguar qué es lo que sucede y ayudar a nuestro hijo a volver cuanto antes al colegio y recuperar el bienestar emocional.
Úrsula Perona

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