Abuso sexual en la infancia, secuelas a corto y largo plazo

 





Aquellas personas que han sufrido abusos sexuales durante su infancia suelen presentar una serie de secuelas que se manifiestan a lo largo de su vida. Algunas de estas secuelas se muestran a corto plazo, estas son muy llamativas y fáciles de relacionarlas con el abuso.

Su sintomatología es más evidente como es el caso del estrés postraumático, se caracteriza porque se revive el suceso traumático de forma recurrente. También se pueden dar pesadillas, ansiedad en un alto nivel, evitar lugares y personas que se puedan relacionar con el suceso…

 

Por otro lado, los daños a largo plazo son mucho menos evidentes pero marcan de formas más definitiva la vida de esta persona. Su identidad se ve afectada por la intensidad y el grado de desajuste. Depende de varios factores:


  • Duración del abuso, periodo de tiempo tanto si fue algo ocasional o no

  • Cercanía del ofensor con respecto a la víctima, era conocido o se trataba de una persona completamente desconocida

  • Recibió apoyo de la familia y social

  • Fue a terapia psicológica o lo gestionó completamente solo..

 

Valoración de los daños psíquicos que pueden producirse tras un abuso:


  • Lesiones psíquicas agudas, estas son las que pueden remitir con el paso del tiempo, si se recibe apoyo social y un adecuado tratamiento psicológico.

 

En este caso, se darían trastornos del estado de ánimo (distimia y depresión mayor). También se puede dar ansiedad, disfunción sexual, dificultades para las relaciones sociales, locus de control externo (sentir que no tiene control alguno sobre su vida y futuro), déficit de estrategias de afrontamiento…

 

  • Secuelas emocionales, persisten de forma crónica e influencian al paciente en su vida cotidiana. Es decir, supone un daño que ha modificado de forma permanente la personalidad de esta persona.

 

En este caso, se darían una serie de rasgos en la personalidad de la víctima. Ya sea negativista-desafiante, cierta hostilidad, suspicacia… O también rasgos de personalidad dependiente y evitativa, déficit de autoestima...

 

En definitiva, sufrir abuso sexual da lugar a muchas secuelas que provocan un malestar grave y que interfieren de forma significativa en las áreas familiar, sexual y social. Por este motivo, se le recomienda a la víctima buscar apoyo psicológico para trabajar los distintos desajustes que presenta y que podrán afectar a largo plazo.


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