La característica esencial de este trastorno es el miedo a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas. Algo que podemos ver es que las personas con fobia social pueden llegar a volverse un poco ansiosas y tímidas en algunas situaciones sociales diarias. Pueden tener miedo intenso, persistente y crónico de ser vigiladas y juzgadas por otros, y de hacer cosas que las hagan sentir avergonzadas. Pueden preocuparse durante días o semanas antes de una situación a la que temen. Este miedo puede volverse tan intenso que puede interferir con el trabajo, el colegio, y otras actividades ordinarias, y puede dificultar el hecho de conseguir y conservar amigos.
Muchas personas con esta fobia se dan cuenta de que sus miedos respecto a estar con la gente son excesivos e irracionales, son incapaces de vencerlos por su cuenta.
Aunque puede estar limitada a una situación (hablar con personas, comer, beber...), o puede ser tan amplia que la persona experimenta ansiedad alrededor de casi cualquier persona distinta a los miembros de la familia.
Pueden ocurrir los siguientes cambios físicos:
- Ruborizarse
- Dificultad para hablar
- Náuseas
- Sudoración profunda
- Temblores
La fobia social es diferente a la timidez. Las personas tímidas son capaces de participar en funciones sociales, pero las personas con fobia social están limitadas por su afección hasta el punto de que afecta su capacidad para desempeñarse en el trabajo y en las relaciones interpersonales.
Algunos miedos más comunes de las personas que padecen fobia social incluyen:
- Asistir a fiestas y reuniones sociales.
- Comer, beber y escribir en público.
- Conocer nuevas personas.
- Hablar en público.
- Utilizar baños públicos.
Criterios para el diagnóstico de la fobia social (DSM-IV)4
A. Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o actuaciones en público. Podemos vernos expuestos a personas que no pertenecen a nuestro ámbito familiar o la posible evaluación por parte de otros. Las personas temen actuar de un modo que sea humillante o embarazoso.
Nota: En los niños es necesario haber demostrado que sus capacidades para relacionarse socialmente con sus familiares son normales y han existido siempre, y que la ansiedad social aparece en las reuniones con individuos de su misma edad.
B. La exposición a las situaciones sociales temidas provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o relacionada con una situación.
Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde los asistentes no pertenecen al marco familiar.
C. Podemos reconocer que ese temor es excesivo o irracional.
D. Las situaciones sociales o actuaciones en público temidas se evitan o bien se experimentan con ansiedad o malestar intensos.
E. Los comportamientos de evitación, anticipación ansiosa o malestar que aparece en las situaciones sociales o actuaciones en público temidas, interfieren acusadamente con la rutina normal del individuo, con sus relaciones laborales, académicas o sociales, o bien producen un malestar clínicamente significativo.
F. En los jóvenes menores de 18 años la duración del cuadro sintomático debe prolongarse como mínimo 6 meses.
G. El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o de una enfermedad médica y no pueden explicarse mejor por la presencia de otros trastornos mentales.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es ayudarle a desempeñarse de forma efectiva y su éxito por lo general depende de la severidad de la fobia. Los ansiolíticos y depresivos pueden usarse para ayudar a aliviar los síntomas asociados con las fobias.
El tratamiento conductual parece tener beneficios duraderos. La terapia le ayuda a entender y cambiar los pensamientos que están causando la fobia, al igual que aprender a reconocer y reemplazar los pensamientos que causan pánico.
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